Mes: mayo 2016

Cuando la política antepone la doctrina a la realidad

La escuela concertada se está convirtiendo estas últimas semanas en uno de los temas centrales de la campaña electoral del 26J. El hecho activador está en la Comunidad Valenciana, en la nueva política personificada por el consejero Marzá y en la importante reacción social que ha provocado en numerosos colectivos; principalmente entre las familias con hijos en edad escolar y los trabajadores del sector. Se reabre así un nuevo capítulo de la paleolítica guerra escolar que pone en el punto de mira a los conciertos educativos: su definición, su existencia, su papel y su financiación están otra vez en la bronca política. Los argumentos a favor y en contra, por muy elaborados y fundamentados que puedan estar, son secundarios. Lo principal es la doctrina que defiende la nueva izquierda, representada en este caso por Compromís, y los objetivos que se fijaron desde el principio. Lo demás es simplemente garabatear.

Mónica Oltra, hace más de un año, cuando no era todavía gobierno, lo manifestaba sin ambigüedad alguna a los medios: “los conciertos seguirán existiendo, y en la medida en que haya infraestructuras públicas, se irán eliminando”. Es decir, conforme se construyan colegios públicos se destruirán conciertos.
El actual presidente, el socialista Ximo Puig tampoco parecía tener muchas dudas entonces; no suprimiría la enseñanza concertada ya existente, aunque “lo que no vamos a hacer es concertar la enseñanza obligatoria cuando hay plazas libres ni regalar solares a empresas privadas”.
Por el camino, los apestados de la educación española serán las primeras víctimas sin ningún diálogo o negociación posible; los centros de educación diferenciada y la asignatura de religión en la escuela pública. Sólo les queda el parapeto de la LOMCE, mientras exista.
Esta es la doctrina política, reducir los conciertos educativos y trasvasar el alumnado a los centros públicos laicistas progresivamente. Como decía antes, luego se construyen los argumentos que hagan faltan, veraces o no. Los instrumentos del cambio se ponen en marcha con decisión política: Incremento de plazas públicas, principalmente de 0 a 3 años (en las condiciones que sea), recurrir de nuevo a la zonificación para poner un corralito a la demanda de los padres, limitar en el futuro el concierto a la enseñanza obligatoria –supresión del bachillerato concertado-, utilizar los decretos de admisión de alumnos como arma, reducción del horario de la asignatura de religión y de sus contenidos al ridículo gnoseológico, etc.
Esta maniobra de asfixia a la concertada puede extenderse, como ya de hecho está empezando a ocurrir, a otras comunidades donde Podemos apoya a Gobiernos, como es el caso de Extremadura.

El tema de la financiación siempre está presente, por acción o por omisión. O ambas a la vez, como suele ser endémico en la intransigente doctrina de la izquierda. Por un lado, se denuncia el cobro de cuotas voluntarias a las familias como una irregularidad a extirpar del sistema por razón de justicia social, por otro lado, se omite con toda desfachatez entrar en el debate del coste real del puesto escolar, porque pagar poco y exigir mucho es la triste realidad cotidiana que impone una financiación de los módulos de concierto intencionadamente deficitaria por parte de las Administraciones, de manera ya endémica. Pero a la postre, esa es una de las razones prácticas por las que se perdona la vida todavía a la escuela concertada, porque sale más barata, sobre todo, y mucho, el salario de sus profesores.

Mientras tanto, las libertades individuales de los ciudadanos son pisoteadas en nombre del progresismo y de la democracia 2.0 versión Podemos y sus derivados. Su modelo de escuela única, pública y laicista seguirá adelante si los votos y el tiempo se lo permiten a los actuales gobernantes y a sus aspirantes a Gobierno.  Las familias tendrán que acabar pidiendo perdón por escolarizar a sus hijos en la escuela que prefieran a modo de exorcismo social y democrático, porque la realidad, que es plural y muy diversa no importa (demanda social altísima y estable en las escuelas concertadas), lo único que importa es la doctrina, y ahora la doctrina es la ley.

Doce comunidades se rebelan contra la prueba de Primaria de la LOMCE

Doce comunidades han decidido no aplicar este curso la prueba final obligatoria común que regula la LOMCE para todo el alumnado de sexto de Primaria, aunque la mayoría de ellas ha optado por una evaluación alternativa, como es el caso de las ocho gobernadas por el PSOE. Sólo las comunidades gobernadas por el PP (Madrid, Castilla y León, Galicia, La Rioja y Murcia) aplicarán la evaluación final de Primaria según las previsiones de la LOMCE.
¿Qué está pasando en España? ¿Sólo aplican la ley las comunidades donde gobierna el partido que aprobó la ley en el parlamento nacional? ¿La ley sólo obliga a los territorios gobernados por el partido que legisla en Madrid? ¿Qué está haciendo el Gobierno? ¿Meter la cabeza en el agujero y hacer como que no ve? ¿Eso es aplicar la ley con flexibilidad?


La situación de la educación en España es inédita en nuestra democracia y gravísima. Si ya damos por bueno que las Comunidades pueden hacer lo que crean conveniente por encima de las normas estatales -comunes-, es el fin del Estado a medio plazo. Sorprende la finura democrática de la izquierda española, que sólo cumple las leyes que le gustan y sabotea las que no le gustan hasta un extremo que es abrazar sin pudor la ilegalidad. ¡Las instituciones no cumplen la ley en España de manera pública, bravucona y flagrante!
Tenemos por tanto dos situaciones incompatibles con el estado de derecho. Por un lado, una norma educativa que es una Ley Orgánica, pero que se puede incumplir sin ningún problema. Y por otro lado un conflicto de competencias entre las Comunidades y el Estado que se finiquita a favor de las Comunidades. La soberanía del pueblo español está en primer lugar y en primer nivel en los parlamentos territoriales. Y luego te quedas pasmado cuando los insumisos de izquierdas, los que quieren promover un gobierno del cambio en el país, dicen que cuando ellos gobiernen harán una ley para todos, y que ¡esa sí se va cumplir en España porque será de todos! Oiga, ¿y el Congreso de los Diputados y el Senado a quien representan entonces?
De acuerdo. La LOMCE fue una ley muy polémica desde que inició su tramitación. Tampoco fue pacífica la tramitación de la LOE, no lo olvidemos. Ambas leyes se aprobaron en el parlamento con el voto contrario en bloque de la oposición. Pero una se cumplió y la otra no. La única diferencia está en la filiación política de la norma. ¿Y ahora qué va a pasar?


Si gobierna en España finalmente el centro derecha después de las elecciones del 26J, pues tendremos asegurado otro espectáculo más de la desintegración de España y del estado de derecho: la prueba de primaria es uno de sus mandatos menos polémicos y a la vista de todos está el lio monumental que hay organizado. ¿Qué ocurrirá cuando llegue el curso en el que deba aplicarse la prueba de secundaria?
Si en cambio gobernara en España un gobierno del cambio de la izquierda, pues ningún problema, derogación en bloque de la LOMCE y nueva ley educativa. Pero, ¿esta nueva DOMCE nacería en un momento apropiado para el consenso y el acuerdo de las fuerzas políticas y de la comunidad educativa? ¿Se dan las circunstancias más favorables para conseguir un Pacto Educativo de mínimos?¿O estaremos en un nuevo escenario de confrontación desleal, de convulsión, de enfrentamiento y derribo del adversario político e ideológico a fuerza de artículos de ley?


No puedo dejar pasar decir algo sobre el papel tan infortunado que está haciendo el Ministerio de Educación en estas legislaturas (en plural), la normal y la rara de estos últimos meses. La LOMCE es, hasta la última letra, obra singular del Gobierno de Rajoy. Ahora, el mismo gobierno se esfuerza por hacer una aplicación flexible e incompresible a la vez de su propia ley, porque parece que está avergonzado de ella y ayuno de convicciones.
Para botón vale sólo una muestra. ¿Por qué se discrimina al profesorado de la escuela privada y concertada en la realización de las pruebas externas?. Vamos a verlo:
  1. Las pruebas externas implantadas por la LOMCE, según el artículo 144 de la Ley serán aplicadas y calificadas por profesorado del sistema educativo español externo al centro, es decir, funcionarios y profesores de la escuela privada.
  2. El Real Decreto 1058/2015, de 20 de noviembre, por el que se regulan las características generales de las pruebas de la evaluación final de Educación Primaria, establece que la Administración educativa competente establecerá procedimientos para la selección del profesorado funcionario del Sistema Educativo Español externo a los respectivos centros docentes. Ahora resulta que sólo realizarán las pruebas los profesores funcionarios de la pública contradiciendo a la propia Ley
  3. Orden ECD/594/2016, de 25 de abril, por la que se regula la realización de la evaluación final de Educación Primaria en el ámbito de gestión del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Aquí ya tenemos la traca final. En su ámbito de gestión territorial, el Ministerio contradice el decreto 1058/2015 y se vuelve a aplicar el 144 de la LOMCE. Ahora es el profesorado de los centros docentes públicos y privados incluidos dentro del ámbito de aplicación de esta orden, que colaborará en la aplicación de las pruebas, de acuerdo con lo establecido en los artículos 142 y 144 de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.

Ahí queda eso. El desenredador que desenrede esta impresionante madeja, buen desenredador será … Apasionante final del curso 2015 y 2016.

La hipertrofia del Estado en España.

Recientemente leía un artículo de prensa que relataba la realidad fiscal de España sobre la clase media.
(http://www.libremercado.com/2016-05-01/un-trabajador-que-ingresa-1600-euros-paga-al-estado-mas-de-1200-mensuales-1276572908/)
Esta es la gran verdad de nuestro Estado omnipresente y con una voracidad recaudatoria sin límites. ¿Podríamos vivir dignamente por nuestra cuenta si dispusiéramos íntegramente de nuestros ingresos? ¿Con una sanidad, una educación y una pensión digna? Por supuesto que sí. Pero quieren hacernos creer que no. Y vaya si lo consiguen. 

Nos dicen que la hucha pública es la mejor fórmula: paga mucho y recibe el servicio público que te toque sin rechistar, bueno, malo o regular … que eso es parte del sistema; es lo que hay. Y de paso crea un gigantesco aparato gestor y político que devora dinero público sin límites. Si te opones eres un insolidario y un delincuente. Entre un liberal y un anarquista solo está por medio un conservador y un socialista (me ha salido un pareado). 
La propiedad privada es uno de los pilares sagrados del pensamiento liberal, pues sin ella no existe una verdadera libertad individual. En este sentido, hoy en día el pulso con el Estado es permanente, inevitable. Porque este último, amparado en un evanescente bien común, mantiene vivo el deseo de penetrar en las propiedades de los ciudadanos. En algunas constituciones modernas se reconoce la propiedad privada como un derecho fundamental, en otras no (es el caso de la española); y, de todas formas, el Estado se reserva la facultad de expropiar a los individuos, siempre con arreglo a unos procedimientos legales e indemnizando según su criterio, como no podía ser de otra manera. 
Vivimos en una época confusa, fecunda en la ignorancia, el disparate y el enredo de conceptos, cuando no su en su fusión más absurda. De esta suerte, se confunde el mercado de competencia perfecta con mercados intervenidos y regulados; se confunde liberalismo con capitalismo; y, lo que es peor, se confunde muy frecuentemente liberalismo con diversas formas de anarquismo. O más bien, se pretende llegar a lo segundo a través de lo primero. 

No nos equivoquemos. En las próximas elecciones del 26J, TODOS los partidos son salvajemente estatalistas, porque nadie quiere prescindir de un céntimo del dinero público que se sustrae a los ciudadanos, y si es posible, incrementarán el atraco legal a nuestras carteras. Lo que está en liza no es curar la hipertrofia del Estado y de su gigantesco aparato burocrático, sino cautivar al votante vendiéndole el retorno de sus impuestos con lazos de colores y distintas modalidades de lo mismo (más educación pública, más becas, más sanidad pública, más empleo público, pensiones garantizadas, justicia y seguridad, renta básica garantizada, etc. Todo el rollo de siempre) Las campañas electorales consisten en la venta al por mayor de bienes y servicios públicos para todos, por supuesto sin detenerse mucho en explicar quién los paga realmente -los propios contribuyentes-, o en cómo se van a pagar -subiendo los impuestos-. ¿Alguien ha reparado en el volumen actual de la deuda pública de España, el 99,20 % del PIB en 2015? ¿En las consecuencias a medio y largo plazo que esa deuda tiene para la economía española de la abundancia prestada?

Muchos creemos en la economía mixta, porque los extremos de riqueza y de pobreza bajo un capitalismo desenfrenado son indeseables, porque nos preocupa realmente el bienestar de la gente, -su salud, su alojamiento, sus escuelas, sus trabajos, sus derechos civiles y sus libertades- Pero creo necesario reflexionar con mayor detenimiento, con más rigor y seriedad sobre cómo hacerlo, sobre el criterio de eficacia, y con un respeto mayor hacia los recursos que aportan los ciudadanos, sin recurrir a la vía más rápida y fácil,  a la más demagógica y populista, que consiste en recaudar más y engordar el sector público como banderín de enganche de una mayoría de votantes. Una vez más el colesterol socialdemócrata dominará el ideario de todos los partidos, sus programas electorales, también del PP y Ciudadanos, empequeñecidos por una falta de convicciones que va pareja a su idolatría a lo políticamente correcto  y a la demoscopia de sociólogos y gurús electorales.